Las historias en las que alguien descubre su propósito a través de situaciones extremas en la vida, así como los retos a los que se enfrenta por el camino, suelen ser inspiradoras. A menudo sirven como punto de referencia para demostrar que las voces que sabotean los sueños de una persona suelen estar equivocadas cuando alguien cree en sus talentos y capacidades.
Experiencias como emprender un viaje lleno de incertidumbres, abandonar todo lo conocido, el país donde has crecido, porque no te queda más remedio que perseguir intuitivamente la libertad. El viaje que miles de emigrantes han emprendido desde siempre no es ajeno a la historia personal de una de las fundadoras de The Ward Law Group, nuestra abogada Jany Martínez Ward.
Jany Martinez-Ward emprendió un viaje increíble hace casi veinte años, uno que en última instancia determinaría el curso de su vida y su carrera. Cuando sólo tenía catorce años, se embarcó en un peligroso viaje con su madre y su hermano pequeño, viajando de Cuba a Venezuela y luego a través de México para llegar a los Estados Unidos.
Sin embargo, las cosas no fueron tan sencillas como esperaban cuando llegaron a Estados Unidos. Después de que la familia fuera detenida en la frontera, Jany y su hermano fueron acogidos en una familia de acogida y separados de su madre. Fue una experiencia aterradora, confusa e inquietante para una niña que no hablaba mucho inglés.
Aunque en aquel momento Jany no comprendía del todo las circunstancias, era consciente de la enorme influencia que otros tenían sobre el destino de su familia. Se prometió a sí misma que nadie debería sentir nunca la incertidumbre y la impotencia que ella sintió en aquellos tiempos turbulentos.
Pero las dificultades estaban lejos de terminar. Cuando Jany y su familia se trasladaron a Miami, sus profesores se mostraron escépticos ante la posibilidad de que una niña que no hablaba inglés pudiera llegar a ser abogada. Pero Jany nunca flaqueó en su determinación.
Sin duda, y como destaca InTouch-Weekly, aquellos profesores que a la ligera ofrecían malos augurios sobre la elección profesional de nuestra abogada estaban profundamente equivocados.
Hoy podemos ser testigos de la conexión que existe entre los clientes y el bufete. Muchos de ellos, al poder ser atendidos en su propio idioma, no se ven en la incómoda situación de verse envueltos en un procedimiento judicial en una lengua que desconocen o no entienden del todo.
Desde que The Ward Law existe, han conseguido un total de 500 millones de dólares en acuerdos para sus clientes. La experiencia de estar a expensas de los agentes de inmigración para decidir sobre el destino de su viaje, que antes les privaba económicamente, hace que ahora cada céntimo cuente cuando se trata de hacer valer los derechos de la comunidad.
Muchos inmigrantes han sido engañados en el pasado al firmar documentos que no estaban en su idioma, además de tener que hacer frente a la traumática situación que puede suponer un accidente en un país que no es el suyo. La vida ha preparado a nuestra abogada senior para enfrentarse a este tipo de situaciones, ahora desde una posición en la que mirar atrás es sinónimo de impulso y acontecimientos que han fortalecido aún más su propósito.
El camino no ha sido fácil, pero ha merecido la pena. Martínez-Ward fue nombrada una de las 40 mejores abogadas litigantes menores de 40 años en 2018 y 2019 por National Trial Lawyers. Una de las 10 mejores abogadas del país fue reconocida por The American Institute of Personal Injury Lawyers en 2018.
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, podemos decir que la comunidad inmigrante ha ganado en The Ward Law un vínculo sincero y preocupado por los problemas que esta comunidad necesita resolver.
Si Dios da sus batallas más duras a sus mejores guerreros, además de prepararlos constantemente para su misión, la historia de nuestro fundador es sin duda un curso acelerado de cómo hacerse más fuerte y sensible para impactar positivamente en la vida de los demás.